La legendaria Casablanca de Michael Curtiz es el ejemplo más ilustrativo para conocer la habilidad que tenía Hollywood para poner la ficción y el entretenimiento al servicio de la propaganda: el emblemático papel de Rick Blaine recuperará el idealismo que había perdido gracias al amor. El hecho de contar con un reparto internacional cuyos acentos propios no tuvieron que disfrazar, y las magníficas interpretaciones de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman dotaron a la historia de una credibilidad que a su vez parecía alejada del realismo. La película no pudo ser más oportuna en su tiempo, estrenándose cuando las tropas estadounidenses llegaron al norte de África.

Sinopsis

Casablanca en plena Segunda Guerra Mundial: la ciudad del desierto marroquí es la plaza más avanzada de la Francia no ocupada. A esta llegan huyendo del nazismo gentes de todas partes. Llegar era fácil, pero salir era casi imposible, especialmente si el nombre del fugitivo figuraba en las listas de la Gestapo. En la historia que se nos relata el principal objetivo de la policía secreta alemana es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine. Este es el propietario del Rick’s Café, un lugar donde se suceden dramas humanos cada noche y al primer destino al que ir si se quiere conseguir el visado de salida hacia América. Rick y la mujer de Laszlo, Ilsa, son más que viejos conocidos, ambos vivieron una intensa historia de amor en París. Cuando Ilsa ofrece a Rick quedarse a cambio de un visado para sacar a su marido del país, nuestro protagonista se enfrentará ante un conflicto moral: elegir entre el idealismo con el que fue educado y creció o su propia felicidad junto al amor de su vida.

El protagonista deberá luchar entre el idealismo y el amor de su vida

Bogart, Bergman y Curtiz

Una dirección impecable, ambientación de ensueño e interpretaciones hiperrealistas serán casi irrepetibles en el cine posterior, pero lo que sin duda hace grandiosa a la cinta es la pasión existente entre Rick e Ilsa, que con su reencuentro deberán enfrentarse a decisiones terribles.

Humphrey Bogart e Ingrid Bergman dan vida a dos personas cuyo romance en el pasado se encuentra sumergido, pero todavía muy vivo. Ambos actores consiguieron consagrarse en la industria gracias a esta película, por la que siempre serán recordados. Bergman conseguiría después tres premios Oscar a mejor actriz, gracias a Gaslight (1944), Anastasia (1956), y Asesinato en el Orient Express (1974). Bogart por su parte está considerado uno de los actores americanos más importantes de la historia, y se alzó también con el Oscar a mejor actor en una ocasión, gracias a La Reina de África en 1951.

Michael Curtiz fue un director cuyos filmes se convirtieron en los mejores y más provechosos de la productora Warner Brothers. A pesar de esto algunos críticos consideran que su trabajo en Casablanca fue un acierto casual. Otros de sus grandes éxitos de su carrera serían Robin de los bosques (1938) o la protagonizada por Elvis Presley, El Rock de la cárcel (1957).

El final de 'Casablanca' está considerado uno de los momentos más mágicos de la historia del cine

Un final casi perfecto

El hecho de que el final de la historia no coincida con un esperado final feliz hace aún más grande a Casablanca. Cuando Bogart se marcha del aeropuerto con Claude Rains y la siluetas de ambos se pierden en la niebla surge un momento mágico en la historia del cine. El espectador se emociona al sentirse partícipe de la gran amistad que se acaba de crear y además es consciente de que Rick ha conseguido cumplir con su deber moral: ha sido fiel a su idealismo.

Recepción y palmarés

La película tuvo una respuesta frente a la crítica bastante sólida pero no fue un resultado espectacular. Eso sí, se alzó con tres premios Oscar: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion.

'De todos los garitos del mundo en todas las ciudades del mundo, ella entra en el mío' o 'Siempre nos quedará París' son algunos de los fragmentos de diálogos clásicos para todo el mundo. Curioso es que una de las frases más famosas de la historia del cine no aparezca ni una sola vez en la cinta: 'Tócala otra vez, Sam'.

Con el paso del tiempo fue ganando popularidad y se fue colocando siempre entre los primeros lugares de las listas de mejores películas. Hoy se la considera la primera cinta de culto de la historia, siendo una película más completa y perfecta cada vez que se vuelve a ver. 

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