Esta película es otra de las genialidades que ha creado a lo largo de su filmografía el director japonés Takeshi Kitano. Para los despistados, este director era el personaje principal del programa que llegó a nuestro país con el nombre de Humor Amarillo. En el programa hacía de jefe (una especie de dios que jugaba con los concursantes viendo todo desde fuera como una especie de espectáculo de la Antigua Grecia).

Lo primero que se debe comentar de esta película, protagonizada por el propio director, es que en apariencia es una película de samuráis de las muchas que hay en el cine de todas las épocas, pero la realidad es otra distinta: Kitano rompe todos los esquemas previos que tiene el espectador sobre este género y lo actualiza con elementos de todo tipo creando lo que en cine llamamos un pastiche pero organizado con maestría.

Por si esto fuera poco, introduce en la trama de alguna u otra forma otros de sus temas preferidos, el mundo yakuza, un elemento que en otras muchas películas suyas es el argumento principal. El mundo yakuza está referido a las mafias japonesas y como cada clan quiere obtener el poder total sin tener escrúpulos en conseguirlo sea como sea, principalmente eliminando a las familias rivales de la forma más cruenta y retorcida posible. En esta cinta se trata muy extensamente el tema de la venganza, que como se dice siempre "es un plato que se sirve siempre frío".

Takeshi Kitano y Tarantino

En esta película se pueden ver elementos que están muy presentes en el cine del genial Quentin Tarantino, escenas de espadas y sangre al más puro estilo Kill Bill 1 (película del mismo año que la de Kitano, 2003). Es difícil determinar si uno se inspira en el otro o el otro en el uno, lo que es una realidad es que ambos usan lenguajes cinematográficos similares en algunas de sus películas, además Tarantino es otro de los genios en lograr un pastiche adecuado y se inspira multitud de veces en el cine y las series provenientes de los países asiáticos, sobre todo del país del sol naciente.

En esta cinta Takeshi introduce con maestría el humor absurdo, a veces muy predecible y otras menos, sobre todo cuando algún samurai se hiere a sí mismo o sufre accidentes estrambóticos. Además el humor absurdo suele ir incorporado de sangre a borbotones y batallas cruentas pero todo esto sin perder la comicidad en ningún momento. Además estas luchas, por su plasticidad y estética, parecen auténticas coreografías en las que todo está medido al milímetro como si se tratara prácticamente de una performance en un teatro.

El director nipón en este largometraje también parodia las películas de este tipo o incluso series, un ejemplo es cuando casi al final de la película aparecen dos hombres enmascarados de la nada como si llegaran de un viaje en teletransporte. El espectador intenta encontrarle sentido de cómo esa especie de ninjas, muy similares a los que aparecían en los Power Rangers, surgen de la nada más absoluta, pero no hay que buscar una razón, es otro golpe maestro de este afamado director japonés para demostrar que él es el que manda en ese momento y está dispuesto a sorprender la público en cada escena.

Muy importante, transgresor y sorprendente es que, una vez resuelta la trama de la película de Kitano, el director decida acabar el largometraje con una auténtica actuación al más puro estilo Bollywood, un número musical y de baile que dejará extasiado a los espectadores (muchos lo estarán bastante antes del final de le película). A Takeshi Kitano no le tiembla el pulso a la hora de poner patas arriba el tradicional cine nipón de guerreros y espadachines y es por todo esto, y varias cosas más, que la película merece al menos un visionado.

Polifacético

Kitano es un autor total en esta película, ya que la dirige, la protagoniza y ha escrito el guion, un director que mucha gente prácticamente desconoce (sobre todo los consumidores exclusivos de cine comercial) pero que a lo largo de su filmografía ha dejado bastantes joyas y Zatoichi es uno de sus trabajos que nadie se debería perder. El personaje de Kitano une todas las tramas tomando una vital importancia a lo largo de todo el metraje, se trata de un masajista ciego que a pesar de su dificultad es capaz de destruir con su bastón espada a todos los que intentan hacerle daño.

Un último consejo, esta película, al igual que el resto de cine asiático, se debería ver siempre en versión original subtitulada, es obvio que poca gente sabe japonés pero para algo nos han enseñado a leer en nuestra tierna infancia, si este tipo de cine se ve doblado se pierde gran cantidad de la calidad que la película ofrece porque en este tipo de cine tiene capital importancia la entonación y el ritmo de los diálogos.

A continuación se puede ver el tráiler de una película más que recomendada.