¿Quién no conoce Jurassic Park? Todos hemos visto y disfrutado la espectacular cinta de aventuras que un Steven Spielberg en plena forma nos regaló allá por 1993. Los noventa fueron una de las décadas más importantes para el cine comercial, como así lo demuestra el rotundo éxito de la cinta que aquí nos ocupa.
Adaptación de una novela de Michael Crichton, la película se convirtió desde el momento de su estreno en todo un fenómeno de masas y pasó a erigirse en todo un elemento de la cultura popular dentro del mundo del celuloide. Spielberg y Universal se llenaron los bolsillos ya no sólo por las escandalosas cifras de taquilla que la película obtuvo, sino también por la explotación de todos los elementos de merchandising de la misma con todo tipo de objetos, ropa, muñecos y juguetes que se vendieron de forma masiva en todo el mundo.
Además de ser un éxito mundial, la cinta gozó del beneplácito de la crítica que la situaban como una de las mejores películas de aventuras de los últimos años. El público tampoco se cansaba de ella, y fueron muchos los que reconocieron abiertamente haber acudido hasta tres y cuatro veces al cine por ver de nuevo a los dinosaurios de Isla Nublar en acción.
La historia de Jurassic Park es conocida por todos. En ella se nos presenta a un excéntrico millonario que quiere hacer realidad un sueño: crear un parque temático en el que conviva un variado número de especies extinguidas de dinosaurios, y que el público pueda disfrutar de ellas. Para ello, ha utilizado las mas avanzadas técnicas científicas y, antes de abrir el parque al público, decide invitar a un grupo de paleontólogos para que avalen su parque. Sin embargo, una vez allí, la naturaleza sigue su curso y los dinosaurios comienzan a utilizar su instinto de supervivencia, algo que nadie pensó que podría ocurrir. La excursion familiar se convierte así en toda una lucha por salir de de Isla Nublar con vida.
Los reptiles gigantes como nunca antes visto
Muchos se preguntarán dónde reside la necesidad de reestrenar una película vista mil veces por todo el mundo, y que además ha sido repuesta en televisión una vez tras otra. La verdad, que el reestreno de Jurassic Park era algo más bien innecesario, y esta versión en 3D no aporta absolutamente nada nuevo a la cinta de 1993. Es obvio que, de cara al veinte aniversario de la película, Universal ha decidido volver a lanzar uno de sus grandes éxitos al mercado del 3D para así seguir explotando a la que fue una de sus gallinas de los huevos de oro, en una época en la que el mercado audiovisual está de capa caída.
Al igual que hizo James Cameron el pasado año con Titanic, esta vez le toca el turno a Spielbierg y sus reptiles gigantes, que vuelven a la gran pantalla para ganarse un sueldo extra este verano. Cuando se opta por reestrenar una película en 3D, lo mínimo que se puede exigir es que la calidad de imagen sea superior y que el 3D esté logrado, mínimos que no fueron cumplidos por Titanic y que aquí sin embargo han sido superados con creces.
La remasterización digital de Jurassic Park es todo un prodigio visual, y consigue que parezca que estamos ante una película estrenada a día de hoy y de la que por nada del mundo se podría decir que se trata de una cinta de hace ya veinte años. Por otro lado, su mayor logro se encuentra sin ninguna duda en la brillante utilización del 3D, que ofrece todo lo que se podría esperar de una superproducción como esta, con dinosaurios saliéndose de la pantalla sin marear al espectador y haciendo que el efecto tridimensional se mantenga a lo largo de todo el filme.
En conclusión, Jurassic Park 3D es, como todos sabemos, una película innecesaria pero demasiado atractiva para dejarla escapar. Más de lo mismo, y sin embargo mejor de todo lo que hemos visto hasta ahora. La pregunta es… ¿Merece la pena pagar por verla? Sí, sin ninguna duda.