El director norteamericano Jason Banker debuta en la dirección con la película Toad Road. Interpretada íntegramente por actores nóveles (y hasta se podría decir que aficionados) la cinta es, ante todo, un curiosísimo experimento que no dejó a nadie indiferente en el Festival, con risas, aplausos y caras de estupefacción en más de una ocasión durante la proyección de la cinta.

La historia nos habla de un grupo de jóvenes de un pueblo estadounidense, que pasan sus días en el campo experimentando con todo tipo de drogas: desde marihuana hasta LSD o setas alucinógenas. La película se centra en James, un tipo que no sabe muy bien el camino que quiere seguir en la vida y que mantiene una relación con sus amigos y su novia de total autodestrucción. Sus días se limitan a drogarse y acostarse con su novia, que acaba de iniciarse en el mundo de la droga y ve en ello una salida para su incomprensible existencia. El problema llega cuando se deciden por hacer el camino de Toad Road, un sendero ligado a una leyenda urbana y que nadie se ha atrevido a cruzar. A partir de ese momento, los límites de la cordura y la locura se verán puestos a prueba para James.

A pesar de no ser una obra maestra, y de resultar muy confusa, Toad Road es una de las mayores sorpresas que pudieron verse en el Festival. Una cinta pequeña, rodada cámara en mano y que puede parecer hasta un filme amateur. Al verla, pueden venirse a la cabeza influencias de Darren Aronofsky y David Lynch, siendo el resultado final de la película una fusión entre las dos formas de hacer cine de estos dos directores.

El director nos cuenta una historia empapada de realidad, que no aspira a ser una cinta de terror al uso. Es más, casi se puede decir que no estamos ante una película de terror sino ante un experimento realizado cámara en mano como lo fue en su día El proyecto de la bruja de Blair. Han querido centrarse más en la parte social de la película, con el uso de las drogas que sus jóvenes protagonistas hacen a lo largo de todo el metraje, para después contarnos algo a lo que no termina de alcanzar nuestra comprensión. Un final en el que quedan muchas cosas por explicar, como si de un rompecabezas se tratase y uno mismo tuviera que reconstruirlo en su cabeza. Precisamente por eso la película acaba siendo más que notable, por su originalidad en la propuesta y el brillante desarrollo de una idea que podría parecer descabellada y que se nos cuenta como nunca antes habíamos visto una película en la gran pantalla.

Project Shell (Shot)

El apartado de cortometrajes recibe el nombre de shots en Nocturna. Antes de comenzar la proyección de Toad Road pudimos ver Project Shell, un desafortunado cortometraje de ciencia-ficción que acaba ahogandose en sus pretensiones de grandeza sin contar absolutamente nada. En él se habla de la huida de una mujer en un futuro que no termina de estar ubicado. Sin llegar a los cinco minutos de duración, al llegar a los créditos uno permanece igual que al comienzo, ya que se mantiene la sensación de que no se ha visto nada ya que nada se explica. No es un cortometraje malo, pero sí mal desarrollado y al que quizás le falte algunos minutos más de metraje para poder entender algo más de lo que se está contando en él.