Soplan tiempos difíciles para la industria cinematográfica. Salvo pequeñas sorpresas y esperados blockbusters, los taquillazos brillan por su ausencia en una de las temporadas menos fructíferas de los últimos años. Con semejante panorama, los estudios no ceden financiación a cualquier proyecto en ciernes y miran con lupa cada dólar que invierten en una película. Una situación que ya ha llegado a los salarios de las mega-estrellas de Hollywood. El star-system ha dicho adiós, dejando a actores de la talla de Brad Pitt, Tom Cruise, Julia Roberts, Denzel Washington o Leonardo DiCaprio a merced de los ejecutivos, los cuales ya no están dispuestos a firmar más cheques de ocho cifras.
No obstante, hay algunos rezagados que pueden permitirse el lujo de regatear en estos difíciles momentos para el sector audiovisual. Es el caso de Johnny Depp, actor que esta semana protagoniza todos los titulares tras renunciar a encarnar al mafioso James 'Whiey' Bulger en el biopic Black Mass, después de que los productores de la misma quisieran reducirle su salario a la mitad, es decir, de 20 millones de dólares a 10.
Según informa The Hollywood Reporter, la producción solo ha conseguido recaudar en el mercado del pasado Festival de Cannes unos 60 millones de dólares. Un presupuesto algo limitado para el elevado caché de su protagonista, que se llevaría la tercera parte de la financiación. Es por ello que los estudios decidieron reducir a la mitad el sueldo del protagonista de Piratas del Caribe, cantidad que el artista ha rechazado, decidiendo apartarse definitivamente de la futura película.
Su jugosa agenda cinematográfica (El llanero solitario o la quinta entrega de Piratas del Caribe), permiten a Johnny Depp jugar con los números. Otros compañeros, en cambio, por necesidad comercial o por crecimiento profesional no les importa retocar sus salarios si eso supone sumar a su filmografía un determinado personaje. Repasamos algunos nombres destacados.
Leonardo DiCaprio
La calidad artística del actor californiano nadie lo pone en duda. Con una de las filmografías más envidiadas de Hollywood, Leonardo DiCaprio selecciona cada proyecto con mucho recelo. Tanto así, que no duda en reducir su salario hasta cifras que otros compañeros de profesión tacharían de escandalosa, pero que para él supone un mero trámite con el que conseguir un deseado papel. Es lo que ocurrió con J. Edgar, el biopic sobre el director general del FBI que dirigió Clint Eastwood. Tal era la determinación del protagonista de Titanic por colaborar con el polifacético cineasta que no dudó en reducir su caché al 90%, cobrando 1,44 millones de dólares por su papel. Su sueldo ronda los 15 millones de dólares por película. Un sacrificio que no le canjeó premios aunque sí el respeto, más si cabe, de la crítica y el público.
George Clooney
Si hay un intérprete al que no le importa los números sino el material que tiene sobre la mesa, ése es George Clooney. El artista de Kentucky lo ha demostrado sobradamente no solo en su faceta como productor y cineasta (donde siempre arriesga, y con bastante acierto, en la elección de sus proyectos), también en su trayectoria como intérprete. En esta última, por ejemplo, no dudó en participar en una pequeña producción independiente que pronto captaría la atención de la crítica y el público: Los descendientes. Las dos razones por las que decidió lanzarse al vacío: Alexander Payne, realizador con el que estuvo a punto de trabajar en Entre copas, y por el papel de Matt King, del cual afirmó en más de una ocasión que parecía escrito especialmente para él.
Sandra Bullock
En 2009 llegaría a las carteleras de medio mundo una de las comedias más exitosas de los últimos años: La proposición. Pero, ¿sabían que Sandra Bullock no era la primera opción de los estudios? Al parecer Julia Roberts había leído el guion y aceptó inmediatamente protagonizar la historia. Desafortunadamente, no tuvieron en cuenta un pequeño problema: el presupuesto. La película estaba respaldada por tan solo 40 millones de dólares, una cifra muy por debajo de lo que se podía permitir cualquier producción que quisiera contratar los servicios de la novia de América, cuyo caché ascendía a 15 millones de dólares por cinta. Finalmente, Sandra Bullock tomó el testigo cedido por Roberts y protagonizó el título que facturó más de 300 millones en la taquilla mundial. Cosas del destino, Duplicity, lo nuevo de Julia Roberts, no sobrepasó los 80.
Denzel Washington
"El estudio quería hacer la película a un precio y acabamos teniendo unos 28 millones de dólares. Robert Zemeckis (el director) consiguió que pareciera una película de 100 millones, especialmente en las secuencias del avión. Así que tanto él como yo nos rebajamos un 10% de nuestros salarios". Con estas palabras, el oscarizado intérprete revelaba que había tenido que reducir su caché para poder participar en El vuelo, drama estrenado el pasado año donde daba vida al comandante Whip Whitaker, un piloto que de la noche a la mañana se convierte en héroe tras salvar a todo su pasaje de un accidente aéreo. Tal vez su bolsillo se resintiera un poco más de lo esperado, pero su sacrificio obtuvo una dorada recompensa: su sexta nominación al Oscar.
Nicole Kidman
Alejandro Amenábar era un joven realizador que hasta ese entonces solo había firmado Tesis y Abre los ojos. Con una carrera incipiente, Tom Cruise puso sus ojos en el joven talento y apostó fuertemente por su tercer proyecto: Los otros, cinta de terror que protagonizó la australiana Nicole Kidman. Aunque nunca se precisó, su salario estuvo muy por debajo del que tenía la actriz por ese entonces. Bien es cierto que después de este éxito, y de otros como Moulin Rouge, su caché subió como la espuma. Pese a ello, en el presente no duda en ponerlo en cuarentena si el proyecto aporta savia nueva a su filmografía como es el caso de El chico del periódico (2012), título que en un principio iba a protagonizar Sofía Vergara (quien sí pidió una cantidad muy superior a la que podía permitirse la producción independiente).
Tom Cruise
Por repetir una vez más como el agente especial Ethan Hunt, el actor neoyorquino cobró en Misión Imposible 4 una cantidad algo alejada de la que nos tiene acostumbrados en el presente, donde lidera la lista de los artistas mejor pagado de Hollywood. Según fuentes de la película, su salario rondó el mínimo que fija el sindicato de actores de cine en EE.UU. Fracasos como Noche y Día le habían canjeado la antipatía de los estudios y el recelo de sus directivos que no estaban dispuestos a pagar mucho por tener su nombre en el cartel. No obstante, a día de hoy, no estamos tan seguros que esa cantidad fuera tan ínfima como nos han querido hacer creer: hay que tener en cuenta que muchos actores prefieren estipular en sus contratos un salario base más bajo de la habitual a cambio de acceder a un mayor porcentaje de los beneficios de la película. Gracias a ello, la fortuna de Cruise se incrementó en 2011 en 75 millones de dólares, en buena parte por el taquillazo de Misión Imposible 4. Al final lo barato sale caro.