Viene del reportaje "Sylvester Stallone, el auténtico Rey de las Action movies ( I )"
Regreso tímido al cine de acción
Alejado de las grandes superproducciones y tras un merecido periodo de descanso, regresaba a la gran pantalla con un remake del clásico Un asesino implacable, que llevaría por título Get Carter, en el año 2000.
La película era dirigida por Stephen T. Kay y contaba con la presencia de Mickey Rourke, Michael Caine, Miranda Richardson, Rachel Leigh Cook y Alan Cumming.
Stallone interpretaba a Frank Carter, un asesino a sueldo de Las Vegas, dedicado a cobrar deudas de juego, hasta que un día decide intentar cambiar de vida, asqueado de su trabajo.
El recibimiento por el público fue un tanto frío, unido a la sangrante crítica habitual de los expertos.
Un año después aceptaba un papel en la película de Renny Harlin, Driven, enmarcada en el peligroso mundo de las carreras de coches, en la que Stallone hacía de Joe Tanto, una exestrella de los circuitos venido a menos, que se ve en la obligación de ayudar al emergente Jimmy Bly a triunfar en los circuitos.
Al proyecto se sumaron actores de cierto nombre como Burt Reynolds, Kip Pardue, Til Schweiger, Gina Gershon, Estella Warren o Robert Sean Leonard, entre otros.
Nuevamente el éxito en taquilla se le resistía a Stallone en su retorno delante de las cámaras, a pesar de la trepidante puesta en escena del exmarido de Geena Davis.
En el 2002 rodó dos thrillers de acción que tampoco ayudarían a darle el empujón necesario a su carrera cinematográfica, que parecía estancada en los últimos tiempos.
Así llegaba a la gran pantalla D-Tox (Ojo Asesino), un claustrofóbico thriller policiaco, dirigido por Jim Gillespie, en el que Jack Malloy, un agente del FBI ha decidido refugiarse de sus problemas con el alcohol en una clínica de rehabilitación para policías, en el que al poco tiempo descubre que hay un asesino infiltrado que comienza a matar a los pacientes del centro, debiendo intervenir para descubrir la identidad del psicópata y detenerle.
El elenco de actores lo completaban Tom Berenger, Charles S. Dutton, Kris Kristofferson, Sean Patrick Flanery, Dina Meyer, Robert Patrick, Robert Prosky, Courteney B. Vance, Polly Walker y Jeffrey Wright.
A pesar de crearse una atmósfera claustrofóbica en la que los personajes eran bastante creíbles, el film no logró conectar con el gran público, si bien el resultado era una más que aceptable película de acción y suspense.
Posteriormente presentaría un segundo thriller titulado Avenging Angelo (El Protector), en el que compartiría protagonismo y romance en la gran pantalla con Madeleine Stowe, bajo la dirección de Martyn Burke.
Tras la muerte del capo mafioso Angelo Allighieri, su hija secreta, Jennifer Barrett, debe ser protegida por el guardaespaldas de su fallecido progenitor, para evitar su más que segura muerte.
Para ello Frank debe de rebelarle a Jennifer su verdadera identidad, para lograr que ésta confíe en él.
El plantel de actores era completado por Anthony Quinn y Raoul Bova, entre otros.
El resultado fue un producto descafeinado, en el que ni la crítica ni los espectadores se sintieron reflejados.
Posteriormente intervino en un breve cameo en 2003, en la comedia francesa Taxi 3, de Gérard Krawczyk, en la que aparecía como un pasajero al comienzo de la película en el taxi pilotado por Samy Naceri.
Además formó parte en el mismo año de la película de Damian Nieman, Shade (Juego de asesinos), con Melanie Griffith, Jamie Foxx, Gabriel Byrne, Thandie Newton, Bo Hopkins, Stuart Townsend y Hal Holbrook.
El film es un thriller con el mundo del póker como telón de fondo, en el que se centra en las partidas de póker ilegales en los bajos fondos de Los ángeles, en las que las fortunas cambian de manos día si y día también.
En este marco, tres timadores profesionales pretenden montar una partida clandestina para intentar estafar al auténtico rey del póker de la ciudad.
Su escaso tirón en España hizo que se estrenará directamente en formato de video en la mayoría de las localidades, a pesar de ser una película bastante respetable en cuanto a su calidad y reparto.
Su segunda incursión en el cine infantil
Tras prestar su voz a un personaje de animación, Sly aceptaba el reto de Robert Rodríguez en el año 2003, para aceptar el papel de supervillano en la tercera entrega de Spy Kids, rodada en 3D.
El Fabricante de Juguetesha conseguido editar un videojuego en 3D, capaz de cobrar vida y acabar con todo aque que ose jugar con él. Para impedir sus malvados planes, los agentes juveniles Juni y Carmen Cortez, se adentran en el interior del malvado juego, para intentar sortear cada pantalla hasta atrapar a su maligno inventor.
El reparto está integrado por Antonio Banderas, Carla Gugino, Alexa Vega, Daryl Sabara, Ricardo Montalbán, Salma Hayek, Alan Cumming, Tony Shalhoub, Bill Paxton, Elijah Wood, Steve Buscemi, Danny Trejo y Cheech Marin.
Retorno contra natura del Potro Italiano y de Rambo
Tras un parón de 3 años, en el que Stallone se dedicó a buscar un proyecto a su medida, se decantó por devolver a Rocky al ring y arreglar de esta manera el mal sabor de boca dejado a sus fans con la insulsa puesta en escena de la quinta entrega de la saga.
De esta manera, se daba luz verde al proyecto que llevaría por título Rocky Balboa, recayendo sobre sus hombros no sólo el papel protagonista de la cinta, sino además la dirección y el guión de la película.
En el nuevo argumento, Rocky regenta un restaurante de comida italiana en su barrio y ha enviudado, con lo que su único momento de gloria se reduce a contar a sus comensales las historias de sus viejas batallas con Apolo Creed y compañía.
Un buen día un programa informático teoriza sobre lo que pasaría si se subieran al ring el actual campeón de los pesos pesados, el despiadado Dixon y el eterno campeón, Rocky Balboa. El resultado del combate daba ganador al fajador Potro Italiano, lo que motivó la cólera del nuevo campeón, empecinado junto a su representante a subir a Rocky a un ring para un combate de exhibición.
En un intento de rememorar los viejos laureles del pasado, Rocky acepta el reto y lo que comienza como un mero combate de exhibición se convierte en una batalla campal, al más puro estilo de las descarnadas épicas peleas del púgil de Philadelphia.
Con la presencia de Burt Young, Antonio Tarver, Geraldine Hughes o Milo Ventimiglia, Sly logra devolver al personaje que le encumbró la gloria perdida en su nefasta quinta entrega.
Dos años después le tocaba la revisión a su otro alter ego, el exboina verde John J. Rambo, en la película dirigida y escrita por Stallone, cuyo título fue John Rambo.
Con un nivel de violencia muy superior a las tres anteriores entregas, Rambo se ve involucrado en la misión de rescate de un grupo de temerarios misioneros católicos en Birmania; debiendo abandonar su tranquila y apacible vida de pescador en el Norte de Tailandia, para entrar de lleno en una guerra desigual con el ejército birmano.
Julie Benz, Matthew Marsden, Graham Mc Tavish, Reynaldo Gallegos y el resto del reparto no consiguieron hacer olvidar la triste ausencia del coronel Trautman, al fallecer en el 2003 Richard Crenna, víctima de un cáncer.
A pesar de su violencia desmedida, la crítica y el público en general, aplaudieron la vuelta al campo de batalla del Boina Verde.
Homenaje al cine de acción de los 80
En el 2010 vio la luz un viejo proyecto de Stallone, Expendables (Los Mercenarios), en el que pretendía reunir a la mayor parte de representantes posibles del cine de acción de los 80, en una única película, para el deleite de sus fans.
Como no podía ser menos, el propio Stallone se situó detrás de las cámaras y escribió un guión digno del sentido homenaje al cine de acción que pretendía conseguir.
En el proyecto se embarcaron Jason Statham, Jet Li, Terry Crews, Randy Couture, Mickey Rourke, Dolph Lundgreen, Steve Austin y contó con los cameos de Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis.
El argumento giraba en torno a un nutrido grupo de mercenarios que es contratado para infiltrarse en un país sudamericano, con la misión de derrocar al dictador corrupto y despiadado que gobierna el país a su antojo.
Dos años después llegaba a las pantallas la aclamada segunda parte, titulada Expendables 2 (Los Mercenarios 2), con guión de Stallone, pero dirigida por Simon West.
En esta ocasión se caía Mickey Rourke de la lista, pero en ella entraban con fuerza Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis, con papeles protagonistas, además de unirse Chuck Norris, Jean Claude Van Damme o Liam Hemsworth; en un original cóctel generacional del cine de acción.
Lo que parecía una sencilla misión encomendada por el señor Iglesia, se convierte en una auténtica batalla campal en la que la persecución del terrorista europeo Villain, se convierte en una cuestión vital para el grupo de mercenarios capitaneado por Barney Ross y Lee Christmas.
La película supuso un rotundo éxito de taquilla y el retorno del gran Sylvester Stallone a la cima del cine de acción.
Su último trabajo
El pasado año llegaba a las pantallas el último trabajo del Rey de las Action Movies, con el título de Bullet to the head (Una bala en la cabeza), dirigida por el cineasta especialista en cine de acción, el veterano Walter Hill.
El reparto era completado por Jason Momoa, Christian Slater, Sarah Shahi y Brian Van Holt.
De nuevo Stallone se mete en la piel de un asesino a sueldo, Jimmy Bobo, que tras su último trabajo sufre un ataque inesperado por un asesino rival, llamado Keegan. Dispuesto a vengarse, Jimmy comienza a colaborar con un detective de la policía poco partidario de los métodos sanguinarios de Keegan; comenzando una carrera frenética por acabar con su respectivo contendiente por parte de los dos asesinos.
La película cumple con su cometido de entretener al espectador, en una película con el sello inconfundible de Hill y la presencia siempre llamativa del veterano Sly en la pantalla.