Las copas de mí vida
Foto: Archivos Internet

Soy modelo 1977 de finales de febrero, así pues, mi querido lector no es difícil saber que ya paso de los 43 años, desde mi nacimiento hasta la actualidad han transcurrido 11 campeonatos mundiales de fútbol, 11 de los 21 que se han disputado hasta la fecha. Pero haciendo una retrospectiva de los mundiales vividos quiero detenerme en dos torneos principalmente.

Para el mundial de Argentina 78 yo contaba con tan solo un año y medio, edad muy corta para saber o entender la importancia de este torneo,  en 1982 para el mundial de España con tan solo cinco años de edad no era el enfermo por el fútbol que soy ahora, así pues que de ese mundial solo recuerdo con claridad a Naranjito el vivaracho muñeco que hizo de mascota en ese torneo futbolístico, en realidad lo poco o mucho que sé de estos mundiales y de sus antecesores fue gracias a los videos comprados o vistos en programas deportivos.

Para México 86 mi conciencia futbolística ya era otra, sin dudarlo este año fue mi despertar al deporte rey. Fui por primera vez a un juego de mi amado Santa Fe frente al Atlético Junior y vi a la Argentina campeona del mundo, en tierras mexicanas con Maradona, Pumpido, Burruchaga, Brown y de la mano del 'doctor' Carlos Salvador Bilardo, entre otros. Dos hechos que marcaron mis gustos para toda la vida.

Amor a Santa Fe y a la Selección Argentina, gustos que me acompañarán hasta el fin de los días. De este mundial tengo recuerdos muy claros, el triunfo de Argentina frente a Inglaterra con dos goles de Maradona. La famosa “mano de Dios” y el mejor gol en la historia de los mundiales donde dejó desparramado medio equipo inglés como si fueran fichas de dominó uno tras otro, rendidos a los pies del Pelusa, británicos y el mundo entero caían seducidos por la magia del 10.

Y tres días después la albiceleste despachaba a la Selección de Bélgica de un gran Scifo y un señor arquero como Michelle Preud homme, para así disputar la final ante la selección alemana aquel domingo a media tarde y derrotar a los tanques teutones 3 goles a 2.

Como anécdota recuerdo que después de la vuelta olímpica dada por Argentina hubo un temblor de tierra, al parecer hasta la corteza terrestre celebró el triunfo argentino. Francia, Bélgica, Brasil, Dinamarca fueron otras selecciones que me gustaron, pero nunca llegaron a cautivarme como la Argentina de Maradona.

Foto: Archivos Internet
Foto: Archivos Internet

Italia 90

Este otro mundial es distinto y ocupa con el de México la clasificación de especial, lo recuerdo claramente desde las mismas eliminatorias, mi ego y prepotencia diría que recuerdo cada detalle, quizá no, pero es mucho más vivido y festejado.  Cómo olvidar las eliminatorias frente a Paraguay y Ecuador y el repechaje ante una desconocida Israel, un triunfo por 1-0 con tanto conseguido por Albeiro Usuriaga, y un empate a cero en tierra santa suficiente para volver al mundial después de 28 años.

Y ese mundial, ese mundial y todo lo que lo rodeaba mi primer álbum mundialista, comprado con mi dinero y el afán de llenarlo con la plata que me daban para las onces o por qué no una que otra monedita que me quedaban de los mandados, la verdad no había muchas opciones de ingreso, lo importante era completar el álbum con todas las laminitas.  Ya a la distancia la selección quedaba en el grupo D con Alemania, Yugoslavia y Emiratos Árabes Unidos, mientras que el otro combinado por el que hacía fuerza la Selección Argentina se ubicaba en el grupo B con Camerún, Rumania y U.R.S.S

Colombia en ese mundial fue un vaivén de emociones, capaz de llevarnos de la tristeza y las lágrimas, a la alegría y el éxtasis con el puntapié de un balón. Pero vamos por partes mientras todos estaban admirando la inauguración del mundial yo esperaba ansioso el pitazo inicial. Argentina y Camerún sería el primer cotejo un juego que pintaba fácil para la albiceleste, que venia como actual campeona, primera lección que me dio el torneo ninguna selección gana de camiseta y menos en un mundial. Los africanos se impusieron 1-0 ante los campeones, con gol de Omán Biyic, los leones indomables como es conocida la selección de Camerún daban la sorpresa ante la corte de Maradona. 

Pero el fútbol da revancha, otra de las lecciones aprendidas en ese mundial al siguiente día era el turno de Colombia. Un sábado en la mañana fue el inicio para Colombia en el torneo mundial, empezamos con pie derecho como suele decirse 2-0, goles de Valderrama y Redin, ya sabía lo que se sentía que tu selección ganara un juego mundialista, cuatro días después de eso derrota frente a Yugoslavia, y otra vez con los pies en la tierra. Empezaba el sube y baja mundialista.  El último juego ante Alemania uno de los favoritos

Foto: Archivos Internet
Foto: Archivos Internet

Los colombianos somos extremistas en los temas relacionados al fútbol, si nuestra selección o nuestro club empieza ganando se nos hincha el pecho y nos creemos mejor que Brasil del 70 o comparamos nuestro equipo con el Dream Team del Barcelona, pero cuando los resultados adversos llegan. Nuestra amada selección no es más que un equipo de muertos más malo que las Islas Faroe, y el club deja de ser un equipo de ensueño para convertirse en la pesadilla más desagradable.

Y después de la derrota con Yugoslavia las esperanzas de sacar un punto al menos contra los alemanes punto que era suficiente para clasificar a octavos de final, era una misión casi imposible, y bueno Alemania era favorita por donde se viera, finalista de los últimos dos mundiales y con jugadores que desplegaban sus habilidades en los mejores equipos del planeta. Además, venían de golear a Yugoslavia y a Emiratos Árabes Unidos.

Sin duda los europeos eran superiores. El juego empezó con emociones para lado y lado, Colombia se veía bien parada ante los teutones, que aún que llegaron con peligro René Higuita y la defensa tricolor lograba salir adelante y conservar el cero en nuestra portería. Los primeros 45 terminaron con un empate a 0 un resultado más que optimista.

Foto: Archivos Internet
Foto: Archivos Internet

Incluso si los nuestros hubieran tenido mejor puntería quizá el primer tiempo se hubiera sellado a favor de los cafeteros. El segundo tiempo transcurrió como el primero, buen juego de la selección plantando cara contra los sub campeones del mundo, con el liderazgo de Carlos ‘el Pibe’ Valderrama…todo muy bien hasta el minuto 88 cuando el experimentado Pierre Littbarski recibe un balón de Andreas Brehmen y dispara al ángulo superior derecho de Higuita quien no pudo cerrar ese espacio ni evitar que los alemanes marcaran a tan solo dos minutos del final.

De inmediato nosotros los hinchas empezamos con las frases tipas cuando un suceso así ocurre. “Nos faltaron 5 para el peso”, “Hoy Dios no es colombiano”, o “faltaron cinco para el peso”. Y de la ilusión caímos al abismo de la tristeza y la desilusión una vieja conocida cuando de fútbol se trata. Pero como ya es típico con nuestros oncenos de crecerse ante los rivales grandes Valderrama, Fajardo, Leonel y Rincón nos devolvieron la alegría. Y con una jugada de balón al piso, de toque, de toma y dame, llevaron el esférico al fondo de la cabaña de Bodo Illgner una sinfonía que terminó con la pecosa entre las piernas del cancerbero europeo y durmiendo en las piolas del arco alemán. 

Lo que llegó después fue fiesta, fue sentir que nuestra selección era capaz de hablar de tu a tu con los más grandes y que por primera vez estábamos en octavos de final de un campeonato mundial.

De vuelta a la realidad

El juego contra Camerún lo resumo con una frase que hizo famosa el ex jugador Fabián Vargas y que resume el fútbol colombiano, “después de la gran hazaña llega la gran cagada” y cuando todos pensábamos en llegar a los cuartos de final o por qué no un poco más, los mismos africanos que humillaron a Maradona esos mismos por lo que nadie daba un peso, nos eliminaron un sábado en la mañana, irónico lo que empezó un sábado en la mañana terminaba dos semanas después exactamente y de la forma más triste y dolorosa acababa nuestra gira por tierras italianas; esta fue quizá la primera vez que mis ojos se aguaron y un madrazo salió de lo más profundo de mi corazón todo por culpa de un balón.

Y Argentina, mí otra carta llegó a la final no sin antes eliminar a Brasil, Yugoslavia, e Italia, y verse nuevamente contra Alemania. El campeón ya se sabe Alemania,  Alemania y Eduardo Codesal el juez mexicano que hizo uno de los robos más monumentales y descarados en la final de un mundial. Un robo a favor de los alemanes que aún recuerdo con ira y profunda tristeza.

Foto: Archivos Internet
Foto: Archivos Internet
VAVEL Logo